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Este es el momento de reflexionar y tomar acción. Momentos de crisis nos ayudan a tomar consciencia de lo pequeño que es el ser humano y la importancia de disfrutar al máximo cada día. La historia nos demuestra que la humanidad ha sido capaz de reinventarse y sobreponerse en innumerables ocasiones. ¡Éste es tu momento! ¡Que nuestros sueños nos empujen a seguir viviendo con ilusión!
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Los Telares en Tenerife

El telar horizontalLa aparición de los telares coincide con el cambio del nomadismo inicial, por la agricultura y sedentarización de los pueblos. El telar fue uno de los inventos que marcaran el desarrollo del hombre en sociedad.
Los telares horizontales llegaron a Canarias con las mujeres de los colonos, y desde ese momento hasta la actualidad, el tipo de telar apenas ha cambiado. El oficio de tejedor lo ejercían principalmente las mujeres de las zonas rurales como complemento de sus escasos ingresos en las actividades agrícolas. Las tejedoras, de telar horizontal manual que llegaron a Canarias, eran mujeres de los colonos, y desde ese momento hasta la actualidad, el tipo de telar apenas ha cambiado.
Entre los siglos XVII y XVIII los telares manuales tuvieron un gran impulso, acentuado por la explosión demográfica, y la relativa incomunicación en las áreas rurales que debían autoabastecerse, además de disponer de materia prima como la lana en abundancia.
Sin embargo, con la mejora de los transportes y la industrialización de los textiles, en el siglo XIX este oficio empieza a decaer, incapaz de competir con las telas más baratas, abundantes y de calidad que llegaban importadas.
En telar en el siglo XX
parranda Las Hiedras de AricoLa actividad tejedora, abasteció el mercado interno en el período crítico de postguerra. Algunos telares que funcionaban a principios del siglo XX fueron abandonados por la dedicación a otras actividades textiles artesanas que aportaban mayores beneficios, como las rosetas y los calados. En este momento es cuando algunos de estos telares fueron desmontados para aprovechar su madera para hacer muebles aperos de labranza o como leña. Hoy quedan unos pocos.
En la actualidad esta artesanía está en vías de extinción, encontrar a un tejedor tras su telar es casi un hallazgo curioso. En La Laguna, tenemos la suerte de contar con dos artesanos tejedores de gran prestigio en las islas, son Teresa Pérez Hernández. y Juan Hernández González.
Teresa Pérez Hernández. (Tere la de los telares)
Teresa Pérez Hernández (Tere la de los telares)Empezó en el año 81 con un pequeño telar que construyó su prima Inés García, artesana tejedora. Su forma de trabajar no ha variado de manera sustancial, sigue haciendo piezas similares, colchas, cortinas cojines y cualquier tela que pueda confeccionar y siempre está abierta a la creatividad, utiliza algodones y lanas como materia prima y también fibras acrílicas de fantasía, dando un estilo más contemporáneo a sus trabajos.
Juan Rodríguez González (Juanitillo)
Juan Rodríguez GonzálezComenzó a tejer hace treinta años a través de un amigo que le ofreció participar en un curso de telares, con él trabajó durante diez años. Después de decidió trabajar por su cuenta y hasta ahora no ha parado. Su dedicación exclusiva al trabajo de tejedor, su destreza y profesionalidad lo ha convertido en un artesano tejedor tradicional de los que quedan muy pocos en Canarias.
El telar Tinerfeño

Construido en madera tea de pino canario, era rudimentario.
Los había de tres tipos:
De lienzo (tela de lino) y cordón (paño de lana), sólido y grande; el de seda, de lo ancho, para piezas grandes como tafetanes, del mismo cipo pero más preciso; y el de lo estrecho u obra menor, más pequeño y menos estable que los anteriores, aunque de similares características.
El telar introducido en Tenerife es un telar de bajo lizo con dos enjulios (plegadores), uno para la urdimbre y el otro para la tela.
Dos, tres o cuatro lizos o perchadas y batán colgante (caja del peine). Los lizos se amarran directamente a los pedales, "primideras", sin ningún tipo de levas ni contramarchas.
El proceso para sentar o preparar un telar canario consiste en llenar los ovillos con la lana, meterlos en la fileta, pasarlos por debajo del rastrillo (suele haber de 300 a 500 hilos) y dejarlos tensados en el órgano (el plegador). Después se enhebran los cuatro lizos que generalmente se utilizan, y se va pasando cada hilo por las mallas. Luego, una vez enlizado, se peina y se van pisando los pedales.
Elementos del telar
telar horizontal El armazón, sirve de soporte a unos maderos en forma de cilindros llamados enjulios u órganos, cuya función es mantener los hilos y recoger la tela tejida.
En los travesaños bajos de la estructura, se ajustan los pedales, también denominados, exprimideras o entrepechos.
El telar manual horizontal, que es el telar tradicional canario,  y  telares similares importados o modernizados, también necesitan de otros utensilios para llevar a cabo su labor:
Los lisos: formados por dos cañas separadas paralelamente. Estos sujetan unos hilos llamados mallas. En el centro tienen un pequeño ojal por donde pasan los hilos de la urdimbre, que suben y bajan alternativamente para lograr el dibujo o tejido deseado.
Caja del peine o Batán: es un estuche de madera en el que va colocado un peine consistente en una barra de finos trozos de caña unidos entre sí, por medio de los cuales pasan los hilos que forman la tela.
Pedales o exprimideras: pueden ser 2 ó 4, en el telar canario, movidos por los pies, mueven los lisos.
Rastrillo: pieza de madera que tiene insertada a lo largo, un nutrido número de prismas de madera, que ordenan los cabestrillos de la urdimbre.
Aspa: es un trozo de madera que tiene en cada uno de sus extremos un agujero de forma opuesta; donde se inserta un trozo de palo más pequeño que lo sujeta. Sirve para enmadejar, o sea, para formar las madejas.
Devanadera: consta de una base sólida que sirve de peana, en cuyo centro tiene incrustado un palo con forma de lanza. Y en perpendicular se coloca un eje de dos sistemas de cruces unidos con unas tiras de madera. En ella se pone la madeja, y ayuda para hacer los ovillos.
Lanzadera: es un útil del telar, que siendo de madera y con forma de barquilla, contiene en su interior el hilo de la trama, que conformará la tela. La lanzadera de trapera es un trozo de caña de unos 35 cm de largo.
Cañuela o canilla: es un pedazo de caña fina donde se enrolla el hilo con el que se formará la trama. Va colocada dentro de la lanzadera y el hilo sale por encima, o bien, por una ranura en el costado.
Cañuelero: es un aparato empleado para rebobinar el hilo de la cañuela. Es un eje en cuyo centro, tiene una palomita que es la que da la velocidad y el movimiento rotatorio necesario.
Urdidera: especie de rectángulo de madera que tiene por todos sus lados clavados una serie de estacas. La urdidera también se puede formar en los laterales del telar.
Fuentes: La laguna Mensual, Fundación Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria, Bien me Sabe, internet, Juan Cruz, Jovita Puerta.

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