Piscinas naturales Charco Azul y La Fajana - Isla de la Palma


Un lugar ideal para descansar y relajarse

Muy coqueto y familiar, Charco Azul (San Andrés y Sauces), en el noreste de la Isla Bonita, se compone de tres piscinas unidas por pasarelas de piedra excavadas en el basalto, así como plazoletas o solarium con mobiliario que centra su decoración en tonos blanco y azul celeste. Hasta la piscina infantil se bombea agua salada durante 12 horas al día y con el sobrante se forma la cascada que alimenta la piscina de El Charco. 

Algo más alejado está el charco de las Damas, especie de spa natural por la forma en que las corrientes oceánicas hierven y masajean a los nadadores. Dispone de sombrillas de hojas de palmera, aseos, vestuarios, duchas de agua dulce y kiosco-restaurante; y el hecho de carecer de socorrista en invierno no impide que luzcan banderas de aviso.

En cuanto se echan las sombras, siempre queda luz solar en las piscinas de La Fajana (Barlovento), situadas a 12 kilómetros, siendo este un chapuzón panorámico. Y es que el bañista se embebe de la grandiosidad acantilada, en tanto los últimos rayos de luz caen por el horizonte marino, más allá de la punta de la Gaviota. 

Son tres charcos decorados con tarajales que tienen historia, puesto que fueron utilizados antaño por las curtidoras de lino (luego lo golpeaban y hacían la hebra), al tiempo que los niños se bañaban. 

Antes de descender por la carretera, conviene observar las piscinas cenitalmente desde el mirador. Veremos además el faro de Punta Cumplida, cuya óptica de 1887 se enciende dentro de una urna situada en las calles de Barlovento. Hay plataformas para tomar el sol, vestuarios, aseos, duchas de agua dulce, sombrillas, merendero y dos restaurantes de pescado.

Ver también: Piscinas naturales 
Créditos: Piscinas en el océano - El Viajero - El País Viajes