

Decidieron acudir al Mencey de Güimar para contarte lo sucedido. El Mencey acompañado de los principales de su reino y otras gentes, acuden al lugar del suceso, quedando asombrados pensando que se trataba de un ser muy superior. La tomaron a hombros, y la llevaron a la casa del Mencey en Güimar, colocándola sobre unas pieles de cabra y oveja, pues era la alfombra que ellos poseían. El lugar se llamaba y se llama Chinguaro.
Uno de los mayores misterios y enigmas de los guanches es, sin duda, la posesión y adoración de una imagen cristiana mucho antes de que la Conquista fuera realizada. Esta imagen apareció entre 1390 y 1400 en las playas de Chimisay (Tymsay, ‘Súplicas’), en el menceyato de Güimar (Wemmar, ‘El Paso’). Era una talla en madera que representaba a una Virgen.
Según la crónica de fray Alonso de Espinosa (1594), la figura aparece a unos 40 metros de la orilla. Este hecho lleva a pensar que fue abandonada por un barco que había recalado en la Isla. El motivo es algo sobre lo que se ha especulado mucho. Algunas teorías hablan de un abandono intencionado con el fin de preparar el terreno para la Conquista.
De todas formas su culto se extendió a toda la Isla, debido sin duda a la identificación de la imagen con un ser supremo ya existente en el panteón religioso guanche.
Según la crónica de fray Alonso de Espinosa (1594), la figura aparece a unos 40 metros de la orilla. Este hecho lleva a pensar que fue abandonada por un barco que había recalado en la Isla. El motivo es algo sobre lo que se ha especulado mucho. Algunas teorías hablan de un abandono intencionado con el fin de preparar el terreno para la Conquista.
De todas formas su culto se extendió a toda la Isla, debido sin duda a la identificación de la imagen con un ser supremo ya existente en el panteón religioso guanche.
Los cronistas recogen varias voces para su denominación

Antonio Cubillo (1985) sostiene una curiosa teoría que relaciona el culto a la Virgen con ritos actuales de los tuareg continentales. Dicha teoría es confirmada por el profesor José Barrios García (1996, 1997) en su tesis doctoral, donde relaciona la adoración a la Virgen de Candelaria con un culto relacionado con la estrella Canopo, estrella que sirve como una referencia para la organización de su calendario estelar. Este profesor señala que existen fuentes bien documentadas sobre la importancia de «la estrella del Sur» en el eje cosmológico de la cultura bereber continental, señalando la creencia de que Canopo es la estrella principal del cielo, la más antigua, la madre de todas las estrellas.

Tras la conquista de la Isla, la Virgen fue declarada Patrona de Canarias en 1559 por el papa Clemente VIII. La imagen desapareció tras la Conquista, en el año 1826, cuando un temporal de viento y lluvia la sumergió en el mar. No obstante, quedaron copias de la misma que nos permiten hacernos una idea de su aspecto original, siendo el mayor y mejor facsímil el que perteneció a los Condes de la Gomera, y se conserva hoy en la villa de Adeje.
Los frailes no abandonaron las tareas de búsqueda entre los escombros que quedaban en pie y promovieron la salida de barquillas de pesca a reconocer las costas, si bien el resultado de sus pesquisas fue desalentador. La incertidumbre les llevó a contratar a algunos vecinos con ese objetivo (las cuentas describen el abono de salarios «a los hombres que fueron a ver si descubrían la santísima imagen de Candelaria») y ellos mismos armaron una red con el fin de «buscar la Virgen en la playa, formada con un tramullo viejo que prestó José de Castro». Sin embargo, como explicaba luego el guardián del convento, “nada se consiguió del fin para que se armó esta red, que sólo cogió unos cinco cuchitos y una picuda que me dio de comer el día que fui a juntar leña a las playas para la cal”.
Virgen de Candelaria, (no tan Morena)

La talla original media aproximadamente un metro de altura. Su posición era de pie, con la cabeza recta y mirando al frente. En su brazo derecho portaba a Jesús desnudo, con una paloma en las manos. Sostenía con la mano izquierda un trozo de vela verde, que servía de soporte para otra vela natural, siendo este detalle el que le da el nombre de Virgen de Candelaria (de la candela). Su cabeza estaba desnuda de paños, teniendo un pelo rubio que caía suelto sobre sus hombros. Respecto al color de su piel, un estudio del presbítero José Rodríguez Moure nos revela:

La talla original media aproximadamente un metro de altura. Su posición era de pie, con la cabeza recta y mirando al frente. En su brazo derecho portaba a Jesús desnudo, con una paloma en las manos. Sostenía con la mano izquierda un trozo de vela verde, que servía de soporte para otra vela natural, siendo este detalle el que le da el nombre de Virgen de Candelaria (de la candela). Su cabeza estaba desnuda de paños, teniendo un pelo rubio que caía suelto sobre sus hombros. Respecto al color de su piel, un estudio del presbítero José Rodríguez Moure nos revela:
El color carne en las partes de los rostros y manos estaba obscurecido y aparecía muy moreno, explicábase que era, á más de por la acción del tiempo, por el humo de las teas resinosas con la que los guanches se alumbran.
Además, talladas en sus ropajes existían unas extrañas letras cuyo significado aún se desconoce.
Éstas eran:
En la pretina del cuello: ETIEPESEPMERIEn la manga izquierda: LPVRINENIPEPNEIFANTEn la parte inferior de la túnica: EAFM IPNINI FMEAREIEn el cinturón: NARMPRLMOTAREEn el manto, en el brazo derecho: OLM INRANFR TAEBNPEM REVEN NVINAPIMLIFINIPI NIPIAN
Nota
La Cueva de San Blas o de Achbinico, situada junto al mar a unos 400 metros al sur de la Basílica, fue el primer templo cristiano de Canarias ya que acogió la primitiva imagen de la Virgen de Candelaria cuando fue trasladada desde Chinguaro (Güímar). La ermita-cueva tiene 14 metros de largo por 6 de ancho y 5 de altura.Después de la conquista de Tenerife la Cueva de Achbinico fue declarada Iglesia y aquí fueron bautizados los guanches. La pila bautismal original se conserva en la Basílica. En 1526 la Virgen fue trasladada a un primer santuario erigido en el solar de la actual Basílica. En 1530 se pone en la cueva la imagen de San Blas; por lo que la cueva-ermita toma el nombre de este Santo. En 1789 un incendió destruyó el templo primitivo y la Imagen fue trasladada de nuevo a la Cueva de San Blas hasta 1803 en que es devuelta a la Basílica.
La Virgen de Estévez

La semejanza advertida entre ellas supera la mera coincidencia formal y, a pesar de las grandes diferencias que ofrecen (técnica y policromía), resultan coincidentes al crear una variante en sus figuraciones femeninas. Las dos obras plantean que en torno a 1825-1827 Estévez experimentaba en la búsqueda de un prototipo más elaborado, lejos ya del clasicismo anterior y próximo a experiencias que evidencian la Virgen de Rosario de Santa Cruz de La Palma (1834) o la Inmaculada de La Laguna (1847), reflejo de una idealización formal que lo aproxima a expresiones de tinte romántico.
Pero donde el tratamiento convencional resulta innegable es en la escultura del Niño Jesús, acorde en todo a un modelo que el artista adoptó cuando completaba figuraciones más complejas (generalmente imágenes marianas y de San José) o enriquecía iconográficamente grupos escultóricos de mayor calado (versiones conocidas de San Pedro papa en La Orotava y La Gomera).
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