POETA Y NARRADORA

Comienza a escribir siendo una niña y más tarde, en los años setenta publica poemas y relatos en revistas y en las páginas literarias de la prensa de Tenerife, en La Tarde , El Día, Diario de Avisos, o La Gaceta. Y más tarde también en otras publicaciones de España e internacionales. Su primer libro de poemas es del año 1977, se trata de Porque somos de barro, en el que hallamos algunos temas que devienen en recurrentes a lo largo de su producción posterior, como es la reflexión sobre las relaciones humanas y la introducción de elementos de la cotidianidad para hablar del hombre y su esencia. Esta temática volverá de modo más patente cuatro años más tarde en Objetos, tal y como queda reflejado en el título. Presagio de sueños en las gargantas de las palomas,1982, es su tercer libro, con el que obtuvo el Primer Premio de Poesía Pedro García Cabrera en 1981 y que ya la convierte en una autora conocida en los círculos literarios y comienza a ser una de las voces más peculiares de la poesía canaria. Un cierto sabor ácido para los días venideros, en 1987, continúa con su peculiar modo de observar la realidad, su entorno, que convierte en universal desde la cotidianidad de su isla de origen. Observamos una mayor profundidad en la temática en torno al hombre y comienza a percibirse esa visión burlesca e irónica de las relaciones humanas, y también de algunos de los conceptos o personajes de la propia historia de la literatura que será habitual en ella. Víspera de la ausencia,1989, significa ya el salto a la publicación fuera del archipiélago y en él reflexiona sobre la pérdida. En 1993 realiza una suerte de antología en su libro Poemas 1981-1992, donde incluye los poemarios ya editados Objetos, Presagios de sueños en las gargantas de las palomas, Un cierto sabor ácido para los días venideros y Vísperas de la ausencia, así como los inéditos hasta ese momento. Otoño de los dáctiles dedos y Fábulas y otros desconciertos, si bien es cierto que con Otoño de los dáctiles dedos había obtenido en 1991 el premio "Emilio Algaba Guimerá", convocado por la Casa de Venezuela en Canarias. Los libros publicados entre 1997 y 2000 desarrollan temáticas que Cecilia Domínguez ya venía apuntado en obras precedentes, pero en los que ahora indaga nuevas formas expresivas, como puede verse en Y de pronto anochece, Así en la tierra o Solo el mar, obra esta última que realiza en colaboración con el fotógrafo Carlos Schwartz. En su siguiente texto, Doce lunas de Eros, 2003, se adentra en la temática erótica, hace un recorrido por la tres estaciones y sus peculiaridades eróticas, y está ilustrado por doce pintores canarios. Mientras que Azogue, 2005, es una suerte de entrada en el mundo de la magia y el viaje hacia lo desconocido. Tema éste el del viaje que vuelve a aparecer al año siguiente en Para cruzar los puentes, donde deviene en leitmotiv, vertebra el poemario. Aunque estos viajes no son similares a los de los viajeros clásicos que vuelven enriquecidos, sino que los de la autora no tienen puerto al que volver y
no implican necesariamente un aprendizaje. El libro de la duda (2007), es su último libro, en el que incluye veinte poemas estructurados -según menciona Domingo Báez- de forma “tan simétrica como un objeto y su imagen ante un espejo o como un número o una palabra capicúa”. En este poemario vuelve al uso de estrofas tradicionales, tales como el soneto alejandrino, los tercetos o la sextina.

A estos libros debemos sumar la antología Octubre (2003, Baile del Sol), y también debemos mencionar que aparecen poemas suyos en diversas antologías de literatura canaria y también de poetisas. Asimismo, su obra ha sido estudiada por diversos críticos.
También incursiona en la narrativa, primero desde el relato, que la autora considera el género más cercano a la poesía, debido a la necesidad de síntesis que conlleva. Había publicado relatos en publicaciones periódicas, pero su primer libro no aparece hasta el año 1994, se trata de Futuro imperfecto, donde trata temas similares a los que hallamos en la poesía, pero lo hace desde la narración porque consideró que quería contar historias que no podía decir a través de la poesía. En ellos propone un juego al lector sobre el concepto de lo femenino y lo masculino, al no dar pistas del sexo de algunos de sus protagonistas. Otros libros de cuentos son los dos volúmenes infantiles Entre Tejados y Fompi, y el juvenil Días de abril. También ha editado la novela El viento en contra.
Valoración de la obra de Cecilia Domínguez Luis
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Asimismo, lo lúdico está siempre presente, pero como un juego en el sentido más serio y lúcido, desde una concepción cuasi antropológica. Juega con las ideas preestablecidas, con las supuestas verdades sociales, con las relaciones humanas en general, con los matices del amor, etc. Lo que la conduce a que encontremos a menudo una gran desacralización de lo admitido como políticamente correcto. Elemento éste que también está enriquecido con la ironía que también está siempre presente en su producción.
En cuanto a su palabra poética siempre hay una búsqueda y un juego con la significación, ella sabe del gran poder de la palabra para moldear un mundo a través de ella y desde esa certeza experimenta y pule hasta logar el término adecuado.
Por ello su obra conforma una unidad y es una de las producciones más lúcidas del archipiélago, pues tiene un imaginario muy definido sobre el que se interroga continuamente y hace que los lectores hagan lo propio, pues considera que el lector debe contribuir desde su lectura para completar los juegos de lectura e imágenes que crea y los caminos que abre para la reflexión sobre nosotros mismos y sobre el hombre en general.
Selección de textos de Cecilia Domínguez Luis
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Obras: Poesía:
Porque somos de barro, Santa Cruz de
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Bibliografía:
Rafael Fernández Hernández, «Cecilia Domínguez y su universo de Objetos», en «Borrador», Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife), 27 de diciembre, 1981; José Hierro «Prólogo», Un cierto sabor ácido para los días venideros, Santa Cruz de Tenerife, Editor D.L. [Añil / Poesía], 1987; Humberto Hernández Hernández y Benigno León Felipe, "Selección y estudio" del libro Poemas, de Domínguez Luis, Santa Cruz de Tenerife, Interseptem Canarias, 2003; Ezequiel Pérez Plasencia, «El poemario erótico de Cecilia Domínguez Luis», El Día (Santa Cruz de Tenerife), 25 de marzo, 2001; Juan José Delgado, Prólogo a la antología de Cecilia Domínguez Octubre, Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Baile del sol, 2003., pp. 7-32; Blanca Hernández Quintana, Desde su ventana: Antología de poetas canarias del siglo XX, Madrid, Ediciones
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5. DOMÍNGUEZ LUIS, Cecilia (La Orotava , Tenerife, 17 de octubre, 1948)