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Este es el momento de reflexionar y tomar acción. Momentos de crisis nos ayudan a tomar consciencia de lo pequeño que es el ser humano y la importancia de disfrutar al máximo cada día. La historia nos demuestra que la humanidad ha sido capaz de reinventarse y sobreponerse en innumerables ocasiones. ¡Éste es tu momento! ¡Que nuestros sueños nos empujen a seguir viviendo con ilusión!
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José de Viera y Clavijo (Realejo de Arriba, Tenerife, 1731 - Las Palmas de Gran Canaria, 1813)

José de Viera y Clavijo, sacerdote, historiador, físico, poeta, naturalista y orador

ESCRITOR E HISTORIADOR

Recibió sus primeros conocimientos en el convento de Santo Domingo de La Orotava, en donde aprendió la filosofía escolástica, los rudimentos de la latinidad y se inicia en francés, italiano e inglés. Entre sus numerosas lecturas, la obra del benedictino Feijoo le abrió nuevos horizontes y la puerta de las corrientes renovadoras del siglo XVIII. De su vasta producción, no conservada en su totalidad hoy y de la que el autor da fe en sus Memorias literarias, en esta primera etapa escribió: Rosario de las Musas, Baraja de cuarenta cartas o La dama moralista o Vida del noticioso Jorge Sargo, etc. Tomó órdenes menores en La Laguna en 1750 y en fecha posterior recibió mayores en Las Palmas de Gran Canaria. Su postura ante la Iglesia es la de un creyente inconformista con las actitudes inmovilistas y con todo lo que signifique un freno al conocimiento.

Antes de su marcha de la isla, Viera y Clavijo, ya instalado en La Laguna desde 1757, ingresó en la tertulia del marqués de Villanueva del Prado, Tomás de Nava y Grimón. Pronto se convirtió en animador de las reuniones y en espíritu crítico y ávido de nuevos conocimientos, que colmaba en la rica biblioteca del marqués. Leerá las novedades bibliográficas que eran objeto de discusión y de intercambio de opiniones, de acuerdo con el espíritu crítico del siglo XVIII. De esta etapa lagunera quedan títulos, entre otros, como: Vejamen a la intemperie de la ciudad de La Laguna (1757), Papel hebdomadario (1758 y 1759); Las gacetas de Daute (1765), Poema de los Vasconautas (1766), Elogio de Diego Sánchez, Barón de Pun (1768), El jardín de las Hespérides, etc.

Noticias de la Historia General de las Islas Canarias - Año 1772En noviembre de 1770, cuando ya tenía trabajados los dos primeros tomos de su obra más relevante, Noticias de la historia general de las Islas de Canaria, parte para Madrid con el fin de imprimirla. Para esta empresa contó con el apoyo de sus amigos laguneros, como el marqués de Villanueva del Prado, entre otros. Por intercesión de su amigo Agustín Ricardo Madan pasó a ocupar el puesto que éste desempeñaba de ayo del hijo de José Joaquín de Silva y Sarmiento, IX marqués de Santa Cruz, Francisco de Silva y Fernández de la Cueva, marqués del Viso. Su entrada en la Corte, de cuyas impresiones dejó en sus cartas jugosas observaciones, contó con el apoyo del marqués, con el que trabó una estrecha amistad. Para sus funciones docentes Viera escribió algunas obras pedagógicas: Idea de una buena lógica en diálogo, Compendio de la ética o filosofía moral, Epítome de la historia romana, De la historia de España, Nociones de cronología o De la historia eclesiástica.

En 1772 publica en la imprenta de Blas Román el primer tomo de su obra histórica y el segundo un año más tarde. Esto motivó su solicitud de ingreso como socio en la Real Academia de la Historia. En 1774 fue nombrado académico correspondiente y supernumerario en 1777 a instancias de Campomanes. En 1776, año de la publicación del tercer tomo de su obra histórica, fue elegido censor de libros impresos, de cuya actividad se conserva un cuaderno manuscrito de censuras y dictámenes.

Aunque Viera manifestó, sobre todo en sus cartas, su desengaño y desilusión de la mundanidad y la mezquindad cortesanas, esta experiencia fue crucial en lo que se refiere a la ampliación de sus conocimientos y de sus lecturas. De esta época son los siguientes títulos: Égloga genetlíaca al feliz nacimiento del infante Carlos Clemente (1771), Oda a las parejas de Aranjuez (1774), traduce la Apología de las mujeres (1773) de Charles Perrault, Los sentimientos afectuosos (1774) de Blin De Saintmore o la obra en prosa del libro IV de La imitación de Jesucristo (1774) de Tomás de Kempis o la Sátira quinta (1776) de Boileau.

Otro aspecto relevante de su biografía lo constituye su experiencia viajera. En compañía del marqués realizó diferentes viajes por tierras manchegas y andaluzas en 1774 para supervisar las industrias de la familia. De ello dejó constancia en un diario de viajes para la lectura de sus amigos, lleno de anécdotas y de inteligente sentido del humor. En junio de 1777 Viera viajará a Francia y a Flandes con los duques del Infantado, el marqués del Viso y su joven esposa para que ésta recibiera las aguas medicinales de Spa. La larga estancia de un año en París, regresan en octubre de 1778, fue muy fructífera para Viera, que asistió a cursos científicos, a conferencias, a sesiones de la Academia, compró libros y materiales científicos para el futuro gabinete que creará el marqués en su palacio, conoció a personalidades de época. Ya muerto su alumno, realizará un segundo viaje con el Marqués de Santa Cruz por Italia, Viena y Alemania con el objeto de buscar nueva esposa para el viudo marqués. El viaje se realizó entre abril de 1780 y junio de 1781. Esta segunda experiencia viajera permitió a Viera volver a París, visitar Italia, Viena y ciudades de Alemania. Pudo consultar documentos importantes en Roma, conseguir una licencia para leer libros prohibidos. De estos dos viajes por Europa dejó sendos diarios, que ofrecen información detallada de sus observaciones y de su particular visión de la Europa setecentista.

Viera y ClavijoNo abandonó Viera la escritura de otras obras en este largo período viajero. Entre otras obras poéticas, escribió en prosa dos elogios académicos, presentados a los premios de elocuencia de la Academia Española, Elogio de Felipe V, que recibió el primer premio, publicado el mismo año de 1779 y traducido al francés y Elogio de Alonso Tostado, premiado e impreso por la Academia en 1782. En 1779 también publicó su poema científico en cuatro cantos Los aires fijos a partir de las lecciones recibidas en París. Añadirá dos nuevos cantos en 1781 y 1783. También traduce las Geórgicas de Virgilio.

Tras la finalización de sus viajes, Viera abandona Madrid en septiembre de 1784, al ser nombrado arcediano de Fuerteventura en la catedral de Las Palmas. Hasta su partida, continuó con su dedicación literaria, con el cuidado del gabinete de física del marqués y con la publicación del último y cuarto tomo de su Historia de Canarias en 1783.

Sus últimos años en Las Palmas de Gran Canaria hasta su fallecimiento en febrero de 1813 fueron plenos en actividades diversas relacionadas con sus funciones eclesiásticas, con su pasión por las ciencias y el conocimiento y con la dirección de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de la que fue socio de honor.
Firma de José de Viera y Clavijo 2
Continúa con su intensa labor traductora de obras poéticas y dramáticas. Compuso varias obras poéticas originales: El nuevo Can Mayor o constelación canaria (1800), Las Bodas de las Plantas (1804), etc. Esta intensa actividad literaria culmina con una de sus obras más emblemáticas, Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias (1799), que sobresale por su estilo y por las calidades de sus conocimientos en el ámbito de la historia natural.

Significación y alcance de la obra de José de Viera y Clavijo
  
Noticias de la Historia General de las Islas Canarias por José Viera y Clavijo, Tomo Iv - Año 1859  La obra de Viera y Clavijo ha recibido desde su muerte hasta hoy el reconocimiento de la crítica. Es considerado un autor clásico de las letras canarias, en especial, por su Noticias de la Historia General de las Islas Canarias y por el Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias. Pero no toda su obra ha sido objeto de un juicio homogéneo, pues su poesía fue y sigue siendo la parte de su producción menos valorada, aunque los escritores del siglo XIX tuvieron en él un modelo literario.

La prosa es la vertiente de su obra más elogiada. Para la crítica Viera es el primer historiador de Canarias. Con ello sienta las bases de los estudios historiográficos posteriores, que siempre se remiten a su obra. Su proyección no sólo se deja sentir entre los historiadores, sino entre los investigadores y los viajeros que desde el siglo XVIII visitaron las Islas. Fue una referencia obligada para todos aquellos que fijaron su interés en el archipiélago.

Los científicos encuentran en su obra material para reconstruir la historia natural de las Islas, el patrimonio natural, los orígenes de la ecología o los usos y costumbres en relación con la agricultura, la alimentación, etc. En el ámbito del periodismo, Viera es considerado el primer periodista en la etapa de la prensa manuscrita en Canarias por sus gacetas, Papel hebdomadario o los cinco Memoriales del Síndico Personero. También desde el punto de vista lingüístico su obra aporta una documentación inestimable para los investigadores. Lo pedagógico se revela en la escritura de poemas de temática científica con una neta orientación didáctica, como Los Aires fijos o Las Bodas de las plantas.

Por otra parte, sus desvelos por la difusión de la literatura extranjera se concretan en su faceta de traductor de obras poéticas, en prosa y de siete tragedias del teatro francés e italiano. Por otra parte, la redacción de sus diarios de viajes europeos evidencia su afán por transmitir todas las novedades vividas en primera persona durante sus dos viajes por Europa.

Selección de textos de José de Viera y Clavijo

LA FAMOSA CUESTIÓN DE SAN BORONDÓN

San Borondón El rumor de las apariciones de esta isla es sin duda posterior al descubrimiento y conquista de las Canarias, porque, si los historiógrafos de Béthencourt el Grande hubiesen adquirido noticia de ella, no es probable que se resolviesen a omitirla. Pero es constante que, desde los principios del siglo XVI, ya la reputación de esta nueva tierra atormentaba el juicio de los naturales y extranjeros.

Ya entonces dice el portugués Luis Perdigón que el rey de Portugal había hecho merced de esta isla a su padre, si la descubriese; bien que, cuando se firmaron los artículos de la paz de Évora y la corona de Portugal cedió a la de Castilla su derecho a la conquista de las Canarias, se nombró entre ellas la Non Trubada o Encubierta. Ya desde entonces negarles a los habitantes de la Palma, Hierro y Gomera que lo solían ver en ciertos tiempos del año hacia el Oeste-Sud-Oeste de La Palma y al Oeste-Nor-Oeste del Hierro no era una tierra real y verdadera, sino una ilusión de la vista auxiliada de la imaginación preocupada, era darles la mortificación de negarles una cosa evidente, porque entre ellos siempre ha habido personas que saben distinguir entre tierra y una acumulación de nubes; que observaron aquella aparición a una misma distancia, en el mismo sitio, de una misma magnitud y configuración; que tuvieron cuidado de dibujar la perspectiva en diferentes ocasiones y que, comparando los dibujos, han tenido la satisfacción de hallarla uniforme […]

La existencia de la isla de San Borondón es un problema, acerca del cual tenemos tres sistemas. El primero es el del vulgo supersticioso e ignorante, que atribuye su inaccesibilidad a una especial providencia divina o magia diabólica. El segundo es el de los que se obstinan en sostener su realidad con pruebas de hecho y buscar razones para que no se haya descubierto todavía y para que con dificultad se pueda descubrir. El tercero es el de los críticos y filósofos, que niegan absolutamente que exista tal isla fuera de nuestros ojos o de nuestra imaginación.

[De Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, t. I, Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1982, pp. 83-84 y 93-94]

1. Aquellos que en un tiempo más florido
Dieron a la Gaceta cuna y trono,
La fama a Daute, a Diego Pun el ruido,
Risa a las Gracias, llantos al encono,
Balanza a Astrea, flechas a Cupido,
Razón al chiste y al buen gusto tono,
Ya cantan tristes el adiós y el viaje
Del genio que les dio fuego y coraje

2. Cuéntanos, musa, dinos ¿cuál estrella
Del millón que ilumina el puro espacio,
Contra nosotros enemiga bella,
Arranca el numen, cierra el gran palacio,
Le abrevia a la Tertulia el cartapacio
Y conduce a la orilla ya resuelto
Bajel que vino y no debió haber vuelto?

3. Filosofía amable, yo te imploro:
Dé nervio a mi expresión tu fuerza viva,
Y si admitió tal vez blando decoro
El grave ceño de tu frente altiva,
Sufre que un rayo del noveno coro
Baje contigo a hacer menos esquiva
La verdad que venero, que no nombro,
Que inspira envidia, y a la envidia asombro.
[De Los Vasconautas, Universidad de La Laguna, Instituto de Estudios Canarios, 1983, pp. 23-24]

JUNIO - CANTO IV
¡Oh! ¡Quién me explanará y hará accesibles
Del Teide altivo las fragosas sendas!
De este pico gigante, que animoso
Entró con los titanes en la guerra
Contra los dioses, y que amontonando
En la Nivaria peñas sobre peñas,
Al querer escalar el cielo augusto
El estrago probó de una centella
De Júpiter tonante, cuya herida
Humos, lavas y azufres aún demuestran.
En paz sobre esta altura donde el hombre,
Viendo a sus pies las glorias de la tierra,
Le traza su primero meridiano,
Le mide la amplitud de su atmosfera
Y a manera de un ángel del empíreo,
Pisa las nubes, y los vientos huella,
Quisiera yo con ojos perspicaces,
Al levantarse de su cama excelsa,
Ver cómo el sol gallardamente ajusta
Su armadura brillante, siempre nueva,
Y llevando ligados a su carro
Los Géminis vencidos, se acelera,
Y monta sobre Cáncer, donde explaya
Toda la majestad de su grandeza.
[De Los Meses, Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, 2000, pp. 101-102]
CHULADA BURLESCA A LA PERDURABLE INTEMPERIE DE LA CIUDAD DE LA LAGUNA
Seguidillas
Introducción
Repare mi señora
Doña Laguna,
Que sus impertinencias
No hay quien las sufra.
                               Y bien la vemos
                               Mal acondicionada
                               Por su mal genio.
De esta noble cabeza
Todos murmuran,
Y la razón no es otra
Que su locura.
                               Porque sin tino
                               Todos sus días fieros
                               Son días de quicio.
Yo no dudo que en ella
Prudencia se halla,
Fortaleza, Justicia,
Mas no Templanza.
                               Porque es viruela
                               Que a las danzas mejores
                               Se nos destempla.
Para vivir en ella
Cosa es bien clara,
Que aunque lugar nos sobra
Tiempo nos falta.
                               Porque en tal pueblo
                               La mejor coyuntura
                               Llega a mal tiempo.
Ya con la carga se echa
Mi pobre espalda,
Ya la Ciudad con chistes
Le va a dar carga.
                               Veréis sin duda
                               Pasar en seguidillas
                               Toda la purga.
En las cuatro estaciones
La iré chuleando,
Ya que no tiene bueno
Ni el Jueves Santo.
                               Pues bien se mira
                               Que aquí siempre es el año
                               De la guerrilla.

[De A. Sánchez Robayna, Museo Atlántico. Antología de la poesía canaria, Santa Cruz de Tenerife, Editorial Interinsular Canaria, 1983, pp. 82-83]


Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias por José Viera y Clavijo, Tomo II - Año 1869Si tratas mi trabajo con desdén y dejas inútil este obsequio, malo para ti; porque debes saber que todo hombre de juicio, después de haber corrido vanamente por los estériles sueños de la distracción, la ambición, la opulencia, la gula, por los de la política, las armas, las leyes, el comercio, la erudición, la historia, las humanidades, la heráldica, la… no encuentra, si despierta de la pesadilla, y se desengaña, otro puerto, ni otra bonanza, ni otra consolación, ni otra cosa sólida y de agradable estudio que la Naturaleza. Lo mismo le sucede a los Siglos. Después que sucesivamente se ocuparon en el miserable estudio de las caducas opiniones y delirios de los hombres, se acabaron de desengañar en el nuestro, de que el de la Historia Natural, y de sus subalternas, la Agricultura, la Botánica, la Medicina, la Astronomía, la Física, la Química, la Economía, es el legítimo estudio de la realidad, porque es el estudio de las obras del Creador y por consiguiente de su sabiduría y su omnipotencia, de su magnificencia, de su providencia, de su bondad. ¡Oh Dios! ¡qué prodigios! ¡qué estudio!

[De Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, La Laguna-Tenerife, Nivaria Ediciones, 2005, pp. 56-57]


Obras de José de Viera y Clavijo:
LA FLORA DE CANARIAS. Catálogo de las plantas peculiares, por Jose de Vieira y Clavijo, 1ª edición    Elogio de Felipe V. Rey de España, Madrid, Joaquín Ibarra, 1779; Elogio de don Alonso Tostado, Madrid, Joaquín Ibarra, 1782; Oración de la Real Academia de la Historia al Rey N. S. con motivo del nacimiento de los Serenísimos Infantes Carlos y Felipe, Madrid, Antonio Sancha, 1783; Cuentos de niños, que instruyen divirtiendo: obra extractada de los buenos autores, principalmente de la que con el título del amigo de los niños publicó en París M. Berquin, y fue premiada por la Academia francesa, como una de las más útiles para la educación, Las Palmas de Gran Canaria, 1804; Tratado sobre la Barrilla dispuesto en forma de diálogo, Imprenta de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la Isla de Gran Canaria, 1810; Las Cometas. Poema heroico en un canto, Gran Canaria, Real Sociedad Económica de Amigos del País, 1812; La Elocuencia. Poema didáctico en seis cantos, Las Palmas, Juan Ortega, 1841; Los Meses, Santa Cruz de Tenerife, Imprenta Isleña, 1849; Apuntes del diario e itinerario de mi viage a Francia y Flandes, Santa Cruz de Tenerife, Imprenta Isleña, 1849; Extracto de los apuntes del diario de mi viaje desde Madrid a Italia y Alemania, Santa Cruz de Tenerife, Imprenta Isleña, 1849; La moral de la Infancia. Obra traducida libremente en redondillas. De la que compuso en cuartetos franceses Carlos Morel, y acomodada al estudio de la primera juventud, Santa Cruz de Tenerife, Imprenta y Librería de D. José Benítez, 1867;  Las Bodas de las Plantas, ed. de Teixidor y Cos, Barcelona, Federico Martí y Cantó, 1873; Mª R. Alonso (ed.), Floresta de poesía canaria. Viera y Clavijo, 1731-1813, La Laguna, Universidad de La Laguna, 1946; José Viera y Clavijo. Tomás de Iriarte. Dos viajes por España (La Mancha, 1774-La Alcarria, 1781), ed. de A. Cioranescu, Santa Cruz de Tenerife, Aula de Cultura de Tenerife, 1976; Extracto de las Actas de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas (1777-1790), Las Palmas de Gran Canaria, Real Sociedad Económica de Amigos del País, 1981; Noticias de la historia general de las Islas Canarias, Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1982, 2 vols.; Diccionario de historia natural de las islas Canarias, ed. de M. Alvar, Madrid, Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, Plan Cultural, 1982; Librito de la Doctrina Rural, para que se aficionen los jóvenes al estudio de la Agricultura, propio del hombre, Santa Cruz de Tenerife, Nicolás González Lemus, Colectivo Aguijón, 1982; Los Vasconautas, ed. de J. M. Pérez Corrales, La Laguna, Instituto de Estudios Hispánicos, 1983; Vida del noticioso Jorge Sargo, estudio preliminar y notas de E. Roméu Palazuelos, Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1983; Cartas de don José de Viera y Clavijo a Así lo Recuerdodiversas personalidades, introducción, selección y notas de A. Luque Hernández, Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1984; Constelación Canaria, Santa Cruz de Tenerife, Gobierno de Canarias-Universidad de La Laguna, 1985; Fiestas que la ciudad de San Cristóbal de La Laguna celebró en 1760 por la proclamación del rey Carlos III, ed. facsímil, introducción y notas de E. Roméu, San Cristóbal de La Laguna, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, 1988; Noticias del cielo o Astronomía para niños, ed. de Sabas Martín y dibujos de L. Alberto, Madrid, Biblioteca Infantil Canaria, Anaya, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, 1993; El síndico personero general. Obra patriótica escrita periódicamente en La Laguna, ed., introducción y notas de O. Negrín Fajardo, Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria, 1994; Los Aires Fijos, ed. de J. Cebrián, Perspectivas Hispánicas, Peter Lang, Berlín, Frankfurt, New York, París, 1997; Los meses, ed. de J. M. Pérez Corrales, Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, 2000; Opúsculos científicos. Noticias del cielo o astronomía para niños. Los ayres fixos. Las bodas de las plantas, estudio preliminar de M. Hernández, La Orotava-Tenerife, Materiales de Historia de la Ciencia, Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, 2002; Memorias, estudio introductorio de A. González Jérez y D. Duque, Las Palmas de Gran Canaria-Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Idea, 2004; Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, ed. de N. González Lemus, estudio introductorio y bibliografía de V. Galván González, actualización de terminología científica de W. Wildpret de la Torre, A. Brito Hernández y J. A. Lorenzo Gutiérrez, La Laguna-Tenerife, Nivaria Ediciones, 2005; Algunas cartas familiares de José Viera y Clavijo (1770-1807), ed., introducción, notas y apéndice de R. Fernández Hernández, Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones Idea, 2006; Diario de viaje desde Madrid a Italia, ed., introducción y notas de R. Padrón Fernández, La Laguna-Tenerife, Instituto de Estudios Canarios, 2006.
Bibliografía:
    f. aguilar piñal, Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, t. VIII, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1995, pp. 413-428; N. Álamo, “Dos cartas inquisitoriales sobre Viera”, en Revista de Historia, 46 (1939), pp. 174-179; M. Alvar, “El Diccionario de Historia Natural de Don José de Viera y Clavijo”, en J. de Viera y Clavijo, Diccionario de Historia Natural, Las Palmas de Gran Canaria, Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1982, pp. XI-XXXVI; “El Diccionario de Historia Natural de Viera y Clavijo como gabinete dieciochesco”, en Instituto de Estudios Canarios, 50 aniversario (1932-1982), II, Humanidades, pp. 43-50; el mismo trabajo ha sido publicado en M. Alvar, Estudios Canarios, t. II, Islas Canarias, Colección “Clavijo y Fajardo”, 1993, pp. 277-314; A. Anaya Hernández, “Los problemas de don Josef de Viera y Clavijo con la Iglesia y la Inquisición canaria”, en Anuario de Estudios Atlánticos, 43 (1997), pp. 165-196; Y. Arencibia Santana, Tradición, Historia y Literatura: de Viera y Clavijo a Pérez Galdós, Servicio de Publicaciones, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 1996; “La vida del noticioso Jorge Sargo en el diálogo de la novela picaresca”, en El mundo hispánico en el siglo de las luces, t. I, Madrid, Editorial Complutense, 1996, pp. 387-400; “Reviviendo a Viera y Clavijo”, en El Museo Canario, LII (1997), pp. 359-372; A. Armas Ayala, “El Neoclasicismo en Canarias. José Viera y Clavijo, Graciliano Afonso Morales”, en El Museo Canario, 1945, pp. 27-55; J. Artiles e I. Quintana, Historia de la Literatura Canaria, Madrid, Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1978, pp. 63-67 y 78-80Memorias; J. Batllori y Lorenzo, Don José de Viera y Clavijo. Recopilación de artículos publicados con motivo del centenario de su muerte, Las Palmas, 1931; S. Benítez Padilla, “La obra científica de Viera y Clavijo”, en Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, t. III, Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1950, pp. 543-581; A. M. Bernal, “Canarias y su historia: la obra singular de Viera y Clavijo”, en Serta Gratulatoria in honorem Juan Régulo, t. III, Geografía e Historia, Universidad de La Laguna, 1988, pp. 257-265; A. Bethencourt Massieu, “Una jornada escolar en Las Palmas de Gran Canaria en 1775”, en Boletín Millares Carlo, 9-10 (1987), pp. 141-154; J. Blanco Montesdeoca, “Biografía”, en J. De Viera y Clavijo, Noticias de la historia general de las Islas Canarias, t. I, Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1950, pp. XI-XLIII; D.Castro Alfín, “La historia, Viera y Clavijo, la monarquía y el pasado prehispánico de Canarias”, en El mundo hispánico en el siglo de las luces, t. I, Madrid, Editorial Complutense, 1996, pp. 575-585; “Una vida sencilla y filosófica. El primitivismo idealizado en la Historia de Viera y Clavijo”, en XI Coloquio de Historia Canario-Americana, t. II, Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria, 1996, pp. 703-725; “Viera y Clavijo y la construcción autobiográfica”, en El Conde de Aranda y su tiempo, dir. por J. Ferrer Benimeli, coord. por E. Sarasa y E. Serrano, t. I, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2000, pp. 607-623; J. Cavanilles, Cartas a José de Viera y Clavijo, ed. de A. Cioranescu, Santa Cruz de Tenerife, Aula de Cultura de Tenerife, Homenaje del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, 1981; J. Cebrián, “Del epistolario de Viera y Clavijo y sus amigos de Viena”, en El Siglo que llaman ilustrado. Homenaje a Francisco Aguilar Piñal, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1996, pp. 209-220; “El héroe en la poesía didáctica de José Viera y Clavijo”, en Nueva Revista de Filología Hispánica, 2 (1997), pp. 391-408; “Didáctica y ciencia” (II)” y “El héroe en la didáctica”, en La Musa del saber. La poesía didáctica de la Ilustración española, Vervuert, Iberoamericana, 2004, pp. 111-144 y 145-165; A. Cioranescu, “Formación intelectual de Viera y Clavijo”, en Historia de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1950, pp. XLIV-LV; “Viera y Clavijo, escritor”, en Historia de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1950, pp. LXXII-XCI; “Viera y Clavijo y su globo aerostático”, en Revista de Historia, 89 (1950), pp. 82-84; “Viera y Clavijo y la cultura francesa”, en Estudios de Literatura española y comparada, Universidad de La Laguna, 1954, pp. 207-248; “El mito del buen guanche en la historiografía canaria”, en Anuario del Instituto de Estudios Canarios, VI (1960-61), pp. 11-14; “Otra vez la ‘tertulia’ lagunera”, en Revista de Historia, 149-152 (1965-1966), pp. 180-201; “La Ilustración en Canarias”, en Historia General de las Islas Canarias, t. IV, Las Palmas de Gran Canaria, Excmo. 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12. VIERA Y CLAVIJO,  José de (Realejo de Arriba, Tenerife, 1731-Las Palmas de Gran Canaria, 1813)


Autores Tinerfeños del Norte de La Isla

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