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Pulsa imagen para ver reportaje gráfico del incendio de Julio de 2012 |
Los incendios constituyen uno de los agentes perturbadores más importantes y activos en los ecosistemas forestales. En Canarias, se producen numerosos episodios incendiarios en los bosques (sobre todo de pinar), a lo largo del año, si bien es cierto que se concentran principalmente a lo largo de la estación estival, desde junio a septiembre. Las cifras de superficie afectada, número de eventos incendiarios, y demás, pueden consultarse en la página del Instituto Canario de Estadística (ISTAC).
El bosque de pinar no es el único que soporta el peso de los incendios, ya que este también incide sobre el matorral de cumbre, matorral árido, tierras de cultivo y pastizales, monteverde de fayal-brezal, y otras. De entre todas ellas, únicamente el pinar y el fayal-brezal tienen una notable capacidad para regenerarse tras el paso de las llamas. El resto, al estar constituida por especies no adaptadas al fuego, puede tardar varias décadas en recobrar su equilibrio natural.
Los incendios forestales son una de las mayores amenazas para la fauna y la flora de Tenerife y resto de las Islas Canarias.
Muchos de estos incendios son provocados por el hombre, por descuido, negligencia o simplemente un acto de irresponsabilidad o locura.
Saber cómo evitar estos incendios es fundamental para disfrutar de la naturaleza, es muy importante que cada uno de nosotros conozcamos unas reglas básicas.
Reglas básicas |
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En caso de Incendio
Según su mecanismo de propagación, los incendios pueden ser: (breve descripción) |


De copas, dependiente de superficie: El fuego asciende por las ramas bajas de los árboles, hasta alcanzar la copa. Sin embargo, su transmisión sigue siendo básicamente superficial debido, por ejemplo, a que el arbolado es disperso y las copas están demasiado distanciadas entre sí.

De copas, independiente de la superficie: La transmisión tiene lugar a través de las copas de los árboles, los cuales forman una masa lo bastante densa. La cantidad de calor generado es muy grande, de modo que este tipo de fuegos origina su propio sistema de corrientes de aire que tienden a alimentar las llamas y facilitar su propagación. Por este motivo, constituyen los incendios más peligrosos y destructivos.
Los efectos desfavorables del fuego sobre los ecosistemas forestales son diversos, y su importancia crece con la frecuencia de los episodios incendiarios en una misma zona. Si no transcurre el tiempo necesario para que el bosque se recupere de modo natural, se produce una degradación progresiva del mismo, y con él, de los suelos sobre los que se desarrolla.
A grandes rasgos, y centrándonos en el suelo como parte de los ecosistemas forestales, estos efectos son entre otros, los siguientes:
Se produce una pérdida importante de materia orgánica del suelo, por la combustión. Ello produce una desestabilización de los agregados, y una disgregación progresiva de los mismos. La materia sólida puede así ser eliminada del suelo por la acción erosiva del agua de lluvia o del viento.
Se forman superficies hidrofóbicas, debido a la formación de sustancias orgánicas repelentes al agua, así como por la modificación de determinados componentes minerales, especialmente minerales amorfos. El suelo no se moja en contacto con el agua, lo que facilita su pérdida por erosión.
Si la pérdida de suelo y de materia orgánica son elevados, ello implica un empobrecimiento en nutrientes. Por lo tanto, el suelo pierde fertilidad. Muchos organismos mueren por la acción del calor, lo cual supone una disminución de la actividad biológica del suelo. Esto, naturalmente, puede afectar negativamente a los ciclos biogeoquímicos de numerosos elementos, los cuales dependen de la biota del suelo.


Todo esto, naturalmente, no debe servir de justificación para prender incendios de modo intencionado, ni como disculpa por una inexcusable negligencia. En cualquier caso, los incendios son parte de los bosques y las comunidades vegetales, y constituyen un fenómeno digno de ser estudiado. Las peculiaridades de los suelos de origen volcánico (suelos ándicos) hacen que estos suelos se comporten de modo peculiar ante el calor y el fuego.
¡¡ NUNCA MÁS !!
El estudio de los suelos forestales quemados forma parte de una línea de investigación principal dentro del Departamento de Edafología y Geología, denominada Degradación y Conservación de Suelos. Ya se han defendido en el Centro Superior de Ciencias Agrarias dos trabajos de fin de carrera relacionados con la temática de incendios (hay otro más en curso).
Actualmente, existe un proyecto de investigación en curso, financiado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, en el que se estudian los efectos del fuego sobre los suelos afectados por el incendio que ocurrió en el NO de La Palma (Garafía, Puntagorda y Tijarafe), en el mes de julio de 2000.
Estadística de Incendios Forestales en Canarias
Enlaces de interés:
European Forest Ecosystem Research Network (EFERN).- Este site informa de todo lo relativo a investigación forestal en Europa, tal y como su nombre indica.
Fire Management Tools.- Modelos y programas de ordenador para la simulación y el estudio de la propagación y los efectos de los incendios forestales.
International Journal of Wildland Fire.- Publicación del CSIRO (Australia) sobre aspectos relativos a los incendios.
European Forest Ecosystem Research Network (EFERN).- Este site informa de todo lo relativo a investigación forestal en Europa, tal y como su nombre indica.
Fire Management Tools.- Modelos y programas de ordenador para la simulación y el estudio de la propagación y los efectos de los incendios forestales.
International Journal of Wildland Fire.- Publicación del CSIRO (Australia) sobre aspectos relativos a los incendios.
Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria (ETSIA)