El origen más remoto de la carrera de sortijas, o de cintas, como también se le conoce, hemos de situarlo, probablemente, en una evolución de los torneos medievales y de los antiguos juegos florales, todo ello tomando como punto de confluencia la fiesta, que resultaría el aglutinante.
La primera referencia corresponde a la ordenanza del año 1527 de La Laguna (Tenerife) durante las fiestas celebradas para exaltar el nacimiento de Felipe II, por la que se tiene la primera noticia de la carrera de sortijas: (... Se jugarán cañas. Se correrá sortija y habrá doce varas de damasco o raso, para que cada caballero gane media, con tal que saque la sortija dentro de la lanza a vista de los diputados ...) (Viera y Clavijo 1776).
La continuidad de la carrera de sortijas hemos de darla por supuesta, al menos en las fiestas del Cristo de La Laguna, aunque no disponemos de referencias hasta finales del siglo XIX. En esta época también encontramos la carrera de sortijas en el paseo de los Castillos (Gran Canaria); en Puerto Naos (Lanzarote); y en Puerto de la Cruz (Tenerife). La tradición en la denominación de carrera de cintas proviene de las cintas con que eran obsequiados los participantes que conseguían ensartar una anilla; estas cintas eran lucidas por los jinetes sobre su cuerpo en posteriores competiciones.
En Tenerife se mantienen las carreras de sortijas en diversas localidades del norte. Estas carreras son organizadas en torno a la fiesta.
No obstante ésta presencia social, las carreras de sortijas no se han visto integradas en la promoción de los deportes tradicionales de estas últimas décadas, habiéndose mantenido en ámbitos limitados; picaderos y clubes, y perdido desgraciadamente algunas pruebas que tenían mucha solera y que eran los que justificaban realmente el carácter tradicional y popular de ésta actividad.
Para correr las sortijas los jinetes lo hacen siguiendo un turno previo establecido por un jurado, debiendo mantener el galope, o el galope corto, para, al pasar bajo un estructura compuesta por dos postes verticales sobre el que descansa otro horizontal, ensartar una anilla o sortija que está suspendida de una cinta de color con un palo corto (aprox. 20 cms.) de punta afilada. La cinta se encuentra enrollada al poste horizontal por medio de un carrete, con el objeto de que no exista la posibilidad de enganche. Se cuenta el número de sortijas recogidas por cada jinete, deshaciéndose el empate con nuevas carreras, solamente entre aquellos caballos igualados. Las sortijas deben pincharse limpiamente, no siendo válido pinchar la cinta. Cada varias series, o pasadas, se reponen los carretes que lo necesiten. La altura del poste horizontal puede alcanzar de 2,50 a 3 m., aunque dependerá de la altura de los caballos participantes.
La primera referencia corresponde a la ordenanza del año 1527 de La Laguna (Tenerife) durante las fiestas celebradas para exaltar el nacimiento de Felipe II, por la que se tiene la primera noticia de la carrera de sortijas: (... Se jugarán cañas. Se correrá sortija y habrá doce varas de damasco o raso, para que cada caballero gane media, con tal que saque la sortija dentro de la lanza a vista de los diputados ...) (Viera y Clavijo 1776).
La continuidad de la carrera de sortijas hemos de darla por supuesta, al menos en las fiestas del Cristo de La Laguna, aunque no disponemos de referencias hasta finales del siglo XIX. En esta época también encontramos la carrera de sortijas en el paseo de los Castillos (Gran Canaria); en Puerto Naos (Lanzarote); y en Puerto de la Cruz (Tenerife). La tradición en la denominación de carrera de cintas proviene de las cintas con que eran obsequiados los participantes que conseguían ensartar una anilla; estas cintas eran lucidas por los jinetes sobre su cuerpo en posteriores competiciones.

No obstante ésta presencia social, las carreras de sortijas no se han visto integradas en la promoción de los deportes tradicionales de estas últimas décadas, habiéndose mantenido en ámbitos limitados; picaderos y clubes, y perdido desgraciadamente algunas pruebas que tenían mucha solera y que eran los que justificaban realmente el carácter tradicional y popular de ésta actividad.
Para correr las sortijas los jinetes lo hacen siguiendo un turno previo establecido por un jurado, debiendo mantener el galope, o el galope corto, para, al pasar bajo un estructura compuesta por dos postes verticales sobre el que descansa otro horizontal, ensartar una anilla o sortija que está suspendida de una cinta de color con un palo corto (aprox. 20 cms.) de punta afilada. La cinta se encuentra enrollada al poste horizontal por medio de un carrete, con el objeto de que no exista la posibilidad de enganche. Se cuenta el número de sortijas recogidas por cada jinete, deshaciéndose el empate con nuevas carreras, solamente entre aquellos caballos igualados. Las sortijas deben pincharse limpiamente, no siendo válido pinchar la cinta. Cada varias series, o pasadas, se reponen los carretes que lo necesiten. La altura del poste horizontal puede alcanzar de 2,50 a 3 m., aunque dependerá de la altura de los caballos participantes.
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Carrera de sortijas a caballo (La Orotava 1926) |
Existe una gran afición en Canarias a las carreras de caballos y sortijas, al igual que ocurre en otros lugares de España. Las carreras de caballos despiertan pasión en aquellas localidades donde se organizan. Tradicionalmente, las carreras de caballos se desarrollan por los caminos, sin refinamientos pero con una gran dosis de participación. El origen de la carrera de caballos,...
El
presente Reglamento de Carreras de Sortijas a Caballo tiene como objetivo la
organización de esta tradicional actividad ecuestre bajo la tutela de la
Federación Hípica Canaria, fomentando así su desarrollo en el marco de las
diversas festividades de las Islas. Las competiciones de esta disciplina
deberán ser organizadas en pleno acuerdo con el Reglamento General (RG), el
Reglamento Veterinario, el Reglamento de Régimen
Disciplinario
Deportivo y el presente Reglamento.
ARTICULO 1
El
Jurado estará compuesto por cinco Jueces, uno de ellos el Presidente del
Jurado. Su colocación será la siguiente:
•
El Presidente y un vocal dando frente al palo llevarán el control de las
pasadas y junto con el juez de llegada llevarán el control de cintas de cada
jinete. Así mismo serán los que decidan cuando hay que reponer cintas.
• Un Juez de Salida dando el orden de salida a cada participante.
•
Un Juez de Llegada que recogerá las cintas y se la anotará
al jinete correspondiente.
• Un Juez de Palo que verificará la validez de la cogida de las cintas (que no sean pinchadas o cogidas con la mano).
En
caso de reclamaciones sobre decisiones técnicas, la decisión del Jurado será
inapelable.
ARTICULO 2
La
Carrera de Cintas está abierta a todos los jinetes que deseen participar y
que dispongan correspondiente Licencia Deportiva, expedida por la Federación
Hípica Canaria. Los caballos deberán estar en posesión de la correspondiente
Licencia Anual Caballar (L.A.C.).
ARTICULO 3
No
hay límite en el número de participantes, salvo que se establezca así
expresamente por el comité organizador en el Avance de Programa.
ARTICULO 4
Cada
caballo sólo podrá participar con la monta de un solo jinete.
ARTICULO 5
En
el momento de la inscripción cada participante sacará su número de orden de
salida de una bolsa habilitada para ello o por orden de inscripción a juicio
del Jurado de Campo.
ARTICULO 6
En
todas las competiciones se realizarán como mínimo 5 pasadas y en función al
número de participantes el jurado de campo establecerá el número de pasadas
oportunas en cada competición que se celebre.
ARTICULO 7
En
el caso de que se produzcan alteraciones durante la realización de una pasada
(en el recorrido), el participante tiene derecho a repetir la pasada, previa
autorización del Jurado, siempre que no haya levantado la mano para intentar
coger cinta.
ARTICULO 8
Los
jinetes deberán dirigirse siempre al Jurado de forma correcta. Podrá ser causa de
descalificación si algún participante lo hace de forma inadecuada.
ARTICULO 9
El
caballo deberá ir correctamente equipado.
La
vestimenta del jinete será con el traje tradicional Canario de cualquier
localidad de las Islas, como mínimo deberá llevar Botas o polainas, pantalón
largo, camisa blanca y fajín. Será optativo llevar chaleco o cualquier otro
componente del traje típico.
ARTICULO 10
El
Jurado de Campo decidirá el momento en el que se deban reponer cintas,
atendiendo a la igualdad de oportunidades de todos los participantes, como
mínimo deberá haber siempre más de 5 sortijas en el carrete, si hubiera menos
de ese número se deberá reponer obligatoriamente.
ARTICULO 11
Una
vez completadas las pasadas se realizará la clasificación ganando el que
mayor número de cintas haya cogido y así sucesivamente. Caso de que se produzca algún empate, se procederá
al desempate para aquellos puestos que tengan asignados premios o trofeo.
Desempatarán
para el primer puesto los jinetes que
hayan cogido el mayor número de cintas, manteniendo el mismo orden de
salida de la carrera, salvo que el Jurado decida otro orden.
El
desempate se disputará a tres pasadas ganando aquel que más cintas coja, en
caso de persistir el empate se realizará otro a muerte súbita, es decir, en
cada pasada se eliminará al jinete que no coja cinta. Si ninguno cogiera los
jinetes seguirán corriendo hasta eliminarse ocupando así sus lugares en la
clasificación. De esta forma quedarán clasificados de mayor a menor.
ARTICULO 12
Para
coger las cintas el caballo deberá ir a galope, si coge la cinta y no va a
este aire no será válida.
ARTICULO 13
No
son válidas las cintas que se pinchen, ni las que se cojan con el dedo. El
jinete que pinche una cinta no tiene derecho a repetir la pasada ni tampoco
si levanta la mano al pasar por el palo.
La
cinta deberá ser cogida con el pincho y a través de la sortija de la
cinta.
El
participante que coja una cinta deberá mantener el brazo en alto hasta que la
entregue ante el Juez de Llegada.
Si
un participante es llamado en su orden y no se presenta, queda descalificado
en esa pasada, no así en del concurso completo.
ARTICULO 14
El
Jurado, previa consulta al Veterinario, tiene potestad para no permitir la
participación de un caballo, herido, maltratado o víctima de agotamiento.
ARTICULO 15
La
Organización proporcionará a los participantes los pinchos necesarios.
ARTICULO 16
Los
límites de la pista y de las zonas de espera de los caballos deberán estar
suficientemente señalizados, así como la zona para el público, no
permitiéndose en ningún momento que los caballos circulen por la zona
reservada al público.
ARTICULO 17
Son
causas de eliminación las siguientes:
-
Un caballo con signos de maltrato (espuelas o boca) y/o agotamiento.
-
Un caballo cojo.
-
Salida del caballo de los límites de la pista
y zonas de espera.
-
Circular a caballo por las zonas habilitadas para el público.
-
Actitud incorrecta del jinete.
-
Vestimenta incorrecta del jinete.
-
La entrada en pista sin ser llamado.
-
Volver por la pista durante el desarrollo de la carrera.
-
Después de pinchar la cinta intentar meterla por la sortija.
ARTICULO 18
El
Comité Organizador expresará las medidas y forma del palo, carrete, cinta y
pista en el Avance de Programa que se presentará para cada concurso ante la
Federación correspondiente.
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Los juegos de los aborígenes canarios eran de participación individual y de enfrentamiento con un oponente. Es un punto de gran interés comprobar que no existieron juegos de carácter colectivo.
Puedes ver el grupo de juegos que consideraremos en esta entrada pulsando el título o la imagen.