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Este es el momento de reflexionar y tomar acción. Momentos de crisis nos ayudan a tomar consciencia de lo pequeño que es el ser humano y la importancia de disfrutar al máximo cada día. La historia nos demuestra que la humanidad ha sido capaz de reinventarse y sobreponerse en innumerables ocasiones. ¡Éste es tu momento! ¡Que nuestros sueños nos empujen a seguir viviendo con ilusión!
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Cultivo del tomate

Si te animas a cultivar tomates, aquí te dejamos una breve introducción. En internet encontrarás todo el asesoramiento necesario si te lo quieres tomar más en serio.

Tomate de maduración uniforme
Cuando comemos un tomate de huerta, de variedades cultivadas a pequeñísima escala, alucinamos con la explosión de sabor en nuestra boca. “¡Los tomates que venden en el supermercado ya no saben como antes!”, exclamamos. Y tenemos razón. Durante décadas los agricultores han seleccionado tomates pensando más en el aspecto que en el sabor. Han criado tomates bonitos, color rojo uniforme. Lo han hecho así porque la industria lo demanda porque a su vez nosotros, los compradores, comemos con los ojos y exigimos frutos de apariencia impecable. La falta de sabor es el precio queestamos pagando

Nombre científico
Lycopersicon lycopersicum.

Familia
Se trata de un fruto de la familia de las Solanáceas. Este término comprende unas 2300 especies de plantas americanas productoras de alcaloides. Son pocas las Solanáceas comestibles, entre ellas el tomate, el pimiento, la berenjena y la patata, de gran relevancia en la alimentación humana.

Producción
De agosto a octubre

Valor nutritivo
Es un alimento poco energético, dos tomates medianos tan sólo aportan 22 calorías. Aproximadamente el 95% de su peso es agua, cerca de un 4% son hidratos de carbono. Se le considera una fruta-hortaliza ya que contiene mayor cantidad de azúcares simples que otras verduras, lo que le confiere un ligero sabor dulce. También es fuente importante de sales minerales (potasio y magnesio, principalmente).
De su contenido en vitaminas destacan la B1, B2, B5, vitamina C y carotenoides como el licopeno (pigmento que da el color rojo característico al tomate). Estas dos últimas sustancias tienen carácter antioxidante con función protectora de nuestro organismo. Durante los meses de verano, el tomate es una de las fuentes principales de vitamina C 

Ventajas e inconvenientes
Durante muchos años se ha estado prohibiendo el tomate a las personas que padecen cálculos renales debido a su contenido en ácido oxálico. Esta sustancia junto con el calcio forma sales insolubles (oxalato cálcico), las cuales precipitan en forma de cálculos o piedras. Sin embargo, su contenido en ácido oxálico es moderado (5,3 mg/100 g), similar al de muchos otros alimentos e inferior al de la lechuga (17 mg/100 g), el té (83 mg/100 g) o las espinacas (779 mg/100 g). Por tanto, se puede considerar al tomate como alimento depurativo.
Además, es eficaz para tratar el estreñimiento dentro de una dieta rica en fibra. En caso de estómago delicado, debido a su acidez, su consumo puede estar contraindicado.
Ideal para comer en; ensaladas, salsas, y zumos, entre otros

Clima 
Al tomate le gusta el clima cálido; muere con heladas (temperatura inferiores a 0º C).
Las temperaturas óptimas para su crecimiento se encuentran en unos 25º C por el día y entre 15 y 18º C por la noche. Por debajo de los 12º C se detiene el crecimiento y por encima de 30-35º C también hay problemas, en este caso para la polinización (polen estéril).

Suelo 
No es exigente en cuanto a suelos, aunque prefiere los sueltos y ricos en materia orgánica. Sí es muy importante, como en todas las hortalizas, que el drenaje sea bueno, es decir, que no se encharque durante largo tiempo.
Lo más destacable en cuanto al suelo es que se trata de una especie con cierta tolerancia a la salinidad. De ahí que admita el cultivo en suelos ligeramente salinos o el riego con agua algo salitrosa.

Siembra de tomates 
Las semillas se pueden sembrar directamente en la tierra del huerto, pero lo más habitual y recomendable, es hacer previamente un semillero o almárciga, es decir, sembrarlas en bandejas o macetas y luego, cuando tengan unos 15 cm. trasplantar al suelo las plantitas.
De esta forma, adelantamos el periodo de cultivo, ya que los semilleros se pueden hacer a cubierto a finales de invierno, cuando todavía hace frío al aire libre.

Siembra en la tierra 
Es preferible hacer un semillero, pero si quisieras sembrar directamente en el suelo se hace así:
Esparce las semillas y tápalas con una capa de un centímetro de tierra suelta. A continuación, cubre con una lámina de plástico transparente de polietileno, un saco de esparto abierto por la mitad o alguna manta vieja que servirá a modo de invernadero proporcionando calor y protección de la lluvia fuerte.
La siembra no puede hacerse en el exterior hasta que las temperaturas nocturnas sean superiores a 10ºC.
Riega a menudo, según la climatología, cada uno o dos días. Una vez nacidas las plantas, retira la protección.

Siembra en semilleros o almárcigas 
Es lo más habitual, de hecho, puedes evitar este paso comprando las plantitas en viveros que hacen por tí o por el agricultor el semillero.
Los semilleros se comienzan desde mediados de invierno en adelante (en España, a partir de mediados de febrero). En el Norte o climas más frescos, se hacen más tarde, a principios de abril, pero en regiones calurosas si se siembran demasiado tarde se le echa encima el calor a la planta y no tiene tiempo de crecer tanto, por lo que la producción de tomates es menor.
Usa bandejas de alveolos y llénalas de turba sola o mezclada con arena de río mitad y mitad.
Coloca 2 ó 3 semillas en el centro de cada celda o alveolo para más seguridad y cúbrelas ligeramente.
Para acelerar la germinación, cubre el semillero con un plástico sin que toque el sustrato, que quede levantado como unos 25 cm., y no cerrado del todo, que tenga ventilación. A una temperatura constante de 25º C la germinación se realiza en seis días, a 35ºC en nueve días y a 10ºC en cuarenta y cinco.
Riega con mucha suavidad, para que no se muevan las semillas, y mantén la turba húmeda, no encharcada.
Cuando salgan las plantitas, y tengan dos hojas, deja la que veas más fuerte, y quitas las otras. Cuando tengan unos 15 cm. de altura, ya están listas para trasplantar al suelo.

Tomates al aire libre
El tomate se puede cultivar al aire libre o en invernadero. Para el aficionado, lo más común es en el huerto al aire libre, pero para el agricultor profesional, el cultivo en invernadero es muy importante.

Plantación de tomates
En otoño, labra bien el terreno a 30 cm. e incorpora un buenabonado orgánico, mezclándolo homogéneamente. Es muy importante hacer este abonado, será la base alimenticia para el cultivo.

Dosis orientativa de estiércol
3 kilos por metro cuadrado. Si no usas estiércol animal, sirve el compost casero, mantillo u otros abonos orgánicos.
No plantes en el exterior hasta que haya desaparecido el riesgo de heladas.
La forma de plantación es en hileras, entutorados con cañas.
Prepara caballones de tierra dejando un surco entre caballón y caballón. Del centro de un caballón al centro del otro, que haya unos 60-70 cm. (separación entre líneas).
Planta las plantitas sobre los caballones con una separación de 40 cm entre planta.
Entutorado 
Es fundamental entutorar las tomateras para que la planta se mantenga erguida y evitar que los frutos toquen el suelo.
Antes de la primera planta plantada y despues de la última, clava dos cañas uniendolas en V invertida. En la parte alta de la V le atas otra caña en direccion a la V del otro lado.
En esa caña cruzada atas cuerdas encima de cada tomate, que lleguen al suelo. El otro extremo de la cuerda lo atas a la planta de tomate y conforme crezca vas enrollando la cuerda en su tronco.
Los tallos se atan con rafia suficientemente flojos con el fin de que no les afecte en su crecimiento.
Se puede dejar 1, 2 ó 3 tallos principales.
Riego 
Es frecuente el riego por surcos, inundando el espacio que queda entre caballón y caballón. Se dan unos 10-15 riegos con un intervalo de 7-12 días entre riego y riego. Otro método muy habitual y cómodo es el riego por goteo y menos usado, el de aspersión.
Las hortalizas son sensibles tanto al exceso como al defecto de agua. Cuidado con esto.
Riega preferiblemente por la mañana temprano o por la tarde después de la puesta del sol.
El exceso de riego o de fertilizantes hacen que el fruto pierda sabor.
No riegues nunca las plantas justo antes de la recolección. 
Abonado 
La fertilización en los huertos caseros se basan en el estercolado previo a la plantación (puede ser estiércol animal de vaca, oveja, caballo..., compost, mantillo, etc.); nada más, con eso es suficiente.
El cultivo comercial hace uso intensivo de fertilizantes químicos para obtener una mayor producción, frutos más gordos y "bonitos", pero menos sabrosos.
No obstante, si la tierra de cultivo fuese pobre en nutrientes o los primeros racimos de flor aparezcan pobres o las hojas no crecen, tienes la posibilidad de hacer un abono de cobertera cuando las plantas estén ya instaladas en primavera aportando un fertilizante compuesto N-P-K (Nitrógeno, Fósforo y Potasio).

Destallado 
Una labor muy importante consiste en ir quitando los brotes que salen en las axilas de las hojas cada 10 días más o menos. Si no los quitas, darán lugar a nuevos tallos, se formará una maraña de planta, y los tomates serán mucho más pequeños.
Con esto, lograrás que la planta produzca frutos más grandes y de mejor calidad, y al mismo tiempo tendrás una planta más fuerte, con menos follaje, que dedicará toda su energía a los frutos.
Por tanto, todos los brotes laterales que salen de las axilas de las hojas o en la base de la planta se suprimen a medida que van apareciendo (cuando midan unos 3 cm. ). Si el brote está tierno se corta a mano, simplemente doblando el tallo hasta que se desprenda; si el tejido ha desarrollado rigidez, es mejor cortarlo con tijera de poda.
El brote terminal no lo cortes porque es el que conduce a la planta hacia arriba. Córtalo cuando lleguen los primeros fríos y la planta esté finalizando su ciclo, para ayudar a madurar mejor los últimos tomates que tenga.

Escardas 
Se trata de una cava muy ligera para mantener la tierra suelta, impedir la formación de costra y eliminar las malas hierbas que vayan saliendo a lo largo del cultivo. Se hace muy superficial para no romper raicillas del cultivo.

Acolchado 
El acolchado es una práctica recomendable pero no imprescindible. Consiste en extender en primavera una capa de unos 2 cm de turba, compost descompuesto o mantillo de hoja entre las plantas jóvenes, una vez que éstas estén establecidas. El acolchado reducirá la pérdida de agua, aportará nutrientes y evitará la aparición de malas hierbas.

Deshojado 
Quita algunas hojas cuando los tomates están ya grandecitos, para empezar a madurar, empezando por abajo, para que no quiten sol a los frutos.

Recolección de tomates 
Una planta produce de 2 a 3 kg de frutos, según las variedades, por lo que se puede esperar un rendimiento de 6 a 8 kg por m2. Si destinas 10 m2 al cultivo de tomates, obtendrías 60-80 kilos.
La recolección es escalonada y larga. Comenzará a las 10 ó 12 semanas después de la siembra. Los de tu huerto los puedes ir sacando a medida que los necesitas, si para ensaladas, mas firmes aunque no necesariamente verdes y los que van quedando rezagados y maduran mas en la plata úsalos para salsas, conservas o asados.
Antes de que hagan su aparición las primeras heladas (si es el caso) conviene recoger los que todavía estén verdes y colocarlos en una habitación o almacén extendidos sobre paja. Aquí terminarán su proceso de maduración.

No guardes cebollas y tomates juntos porque se favorece la pudrición

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