Placa y Medalla de Oro al Mérito Turístico
Wolfgang Kiessling puso en marcha Loro Parque en diciembre de 1972, concebido inicialmente como un paraíso para papagayos, con el aporte de un millón de marcos que le proporcionó su padre y otro millón de un buen amigo. En la actualidad el parque, que sigue en manos de la familia, recibe un millón de visitantes anuales y en sus 40 años de vida ha contabilizado a 44 millones.
Situado en el Puerto de la Cruz, en la zona costera del Valle de La Orotava, Tenerife, su actual extensión supera 10 veces su tamaño inicial hasta alcanzar los 135.000 metros cuadrados, donde convive la mayor y más diversa reserva de papagayos del mundo, con 350 especies y casi 4.000 ejemplares. A ellos se suman otras especies animales, entre ellos la última novedad, siete orcas procedentes del programa de cría de SeaWorld, en Estados Unidos.

Su efecto desestacionalizador, explica, “no es tan marcado, pero es evidente que no es un producto directamente vinculado al concepto de sol y playa y actúa como reclamo de turistas que buscan otro tipo de experiencias”. En el ámbito turístico de Canarias, no obstante, “sí puede tener alguna influencia en este sentido por la mayor movilidad que puede generar en el turismo interior para escapadas en puentes o fines de semana”.
En cuanto a si permite captar visitantes de mayor gasto medio, Marichal destaca que “se trata de una instalación calificada como excelente y el gasto de los turistas va acorde al impresionante entorno que les recibe. Por ese motivo siempre salen satisfechos y eso es lo verdaderamente importante”.
La distribución de sus visitantes, como señalan desde el parque, “es proporcional a la de la isla de Tenerife debido a su gran penetración en el mercado. Podemos estar en torno al 30% de turista alemán, británico con cerca del 22%, español sobre el 15% y el resto procedente de países como Francia, Italia, Rusia, países escandinavos, etc., aunque son porcentajes aproximados”.
Precisamente el desarrollo turístico del sur de la isla empujó a la familia Kiessling a crear instalaciones de ocio para complementar y promocionar la oferta de sol y playa durante todo el año. Así, bajo la dirección de Christoph Kiessling y con un presupuesto de 62 millones de euros, vio la luz en 2008 el parque acuático Siam Park, que recibe una media de 800.000 visitantes anuales. Sólo las dos últimas atracciones, inauguradas en 2012, han supuesto una inversión de 2,5 millones de euros.
Mejora e innovación continua

Su próximo proyecto es Animal Embassy, un aula ambiental con contenido tecnológico y educativo. Y es que, añaden las mismas fuentes, “Loro Parque ha sido una organización pionera a la hora de entender la necesidad de transformar las actividades turísticas para que no sólo tengan un menor impacto en el medio ambiente, sino que se convirtieran en verdaderas herramientas de conservación a través de la educación, la investigación y los proyectos”. De esta forma, “el turismo puede convertirse en una fuerza impulsora de la conservación, y la actividad económica asociada al sector puede invertir su impacto negativo sobre el medio ambiente”.

Premios y reconocimientos
Su labor ha sido reconocida por el Instituto de Turismo Responsable vinculado a la UNESCO (ITR), que en 2008 le otorgó el certificado deBiosphere Park - Animal Embassy, convirtiéndose así en el primer zoológico en obtenerlo, que se suma al cumplimiento de la ISO 14001 y el EMAS. También ha recibido el premio ‘Árbol Verde’ del Consejo de Ministros de Alemania, el ‘Award of Excellence’ de TUI Reino Unido y el Premio Internacional del Medioambiente del turoperador alemán World of TUI.
En España ha sido distinguido con la Placa y la Medalla de Oro al Mérito Turístico, otorgadas por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, así como con la Medalla de Oro del Gobierno de Canarias. Además es la única empresa canaria que ha obtenido el Premio Príncipe Felipe a la Excelencia Empresarial.