Ya en el siglo XX se construyó un quiosco de música.
A lo largo de la historia ha tenido diferentes denominaciones, según cada etapa política, aunque siempre los lugareños la han llamado plaza del Charco o plaza del Charco de los Camarones, ya que en tiempo de mar de leva las olas entraban por la bocana del muelle y formaban en este cercano espacio un gran charco o mareta, en el que incluso se podían pescar camarones.
A la sombra de las palmeras canarias y los magníficos laureles de indias traídos de Cuba en 1852, los bancos suscitan las tertulias y el descanso, en presencia de la imponente ñamera, otro de los símbolos más queridos de la ciudad, una 'bombonera vegetal', como la llamó la poetisa Ana Rosa Alonso, que preside la pila central desde hace más de un siglo.
Otros elementos característicos de este recinto son el pavimento central de tierra o picón y el paseo perimetral, así como el bar-cafetería ‘Dinámico’ -uno de los más populares de la ciudad-, los quioscos de periódicos y golosinas y el parque infantil. La plaza sufrió una profunda reforma a principios de la década de los noventa del siglo XX, aunque conservó todos estos elementos tradicionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario