
Pero además de estos caracteres naturales comunes, los archipiélagos de la Macaronesia, como Canarias, tienen una situación de gran importancia estratégica en el Atlántico al servir de escala de las rutas que unen Europa, África y América.
Canarias, Azores, Madeira, Salvajes, Cabo Verde y costa africana
Canarias y los archipiélagos de Azores, Madeira, Salvajes, Cabo Verde y la región costera africana comprendida entre Marruecos y Mauritania, constituyen la región atlántica situada entre los 14º y 40º de latitud Norte, conocida con el nombre de Macaronesia (del griego makárõn nêsoi: Islas de los Bienaventurados o Islas Afortunadas). Estos archipiélagos comparten, además de su origen volcánico y sus formas del relieve, su común pertenencia a la región biogeográfica de la Macaronesia, caracterizada por un alto índice de endemismos y una extraordinaria biodiversidad (mezcla de elementos mediterráneos y atlánticos, a los que se suman algunos de carácter tropical), lo que explica la presencia de especies comunes de flora (drago) y fauna.
En verano, el anticiclón se sitúa más lejos de Canarias, en las Azores, esto facilita que los alisios en un recorrido más largo, recojan más humedad, propiciando el ‘mar de nubes’.
En invierno, el anticiclón de las Azores se sitúa cerca del Archipiélago. Por tanto hay más calma y los vientos tienen menor recorrido para recoger la humedad que forman las nubes.
La situación de estos archipiélagos en la zona de transición entre el cinturón de altas presiones subtropicales (anticiclón de las Azores) y la circulación del Oeste, salvo el de Cabo Verde (en latitudes intertropicales), constituye el factor explicativo de los rasgos de su clima, caracterizado por el contacto entre masas de aire templadas y tropicales. Es esta situación atlántica la que atempera los rigores climáticos de la cercana costa sahariana confiriéndoles, como a Canarias, uno de sus valores geográficos más cotizados recientemente: el clima como factor de atracción turística.
Además de estos factores naturales que nos hablan de contacto y convergencia, los archipiélagos de la Macaronesia, como Canarias, tienen una situación en el Atlántico que les otorga un alto valor estratégico desde que en el siglo XV se convierten en encrucijada de las rutas del expansionismo ibérico, que unen Europa, África y América.