
Hace más de 9 millones de años que La Gomera comenzó a emerger sobre las aguas del Océano Atlántico: un periodo de tiempo que triplica al que llevan los homínidos sobre la faz de la Tierra. Poca cosa, si lo comparamos con la edad de nuestro planeta, pero más que suficiente para que la superposición de erupciones volcánicas levante, con paciencia y constancia, el edificio sobre el que te encuentras ahora mismo.
De forma paralela, el agua excavaba nuevas formas sobre las coladas de lava y capas de piroclastos que la “fragua de vulcano” iba apilando con paciencia. Los volcanes construían; los agentes erosivos destruían. Sin embargo, hace algo menos de 2 millones de años, cuando el Homo habilis empuñaba las primeras herramientas de piedra en África oriental, los volcanes se apagaron en la Isla Colombina. La construcción del edificio gomero se detuvo. Desde entonces, la erosión ha estado trabajando sin interrupción en el desmantelamiento de la Isla.
El resultado es la excavación de profundos barrancos y valles, auténticas dentelladas sobre la superficie de La Gomera: el que tienes ante tus ojos, el Barranco de Valle Gran Rey, es, sin duda, uno de los más espectaculares. Y es justo aquí, donde te encuentras, el lugar donde nace su cabecera.
LA EROSIÓN A VISTA DE SATÉLITE
Los modelos digitales del terreno permiten apreciar la magnitud del Barranco de Valle Gran Rey. En las fotos que acompañan a este texto pudes ver el mapa de pendientes del sector de la isla en el que nos encontramos: las zonas con mayor pendiente aparecen en rojo, las más llanas en verde. A continuación, el modelo de sombras.
www.miradoreslagomera.com
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