
Estás contemplando el Valle de Hermigua, que se abre entre montañas hacia el noreste. En su lecho, se asientan varios caseríos y sus huertas, que se concentran en el margen izquierdo, por el que discurre la carretera.
Este paisaje revela diferencias importantes en el uso que se ha hecho de las distintas zonas del barranco. En el margen izquierdo, las tierras están aterrazadas y, en buena parte, cultivadas.
Ligado a las parcelas agrícolas, se encuentran la mayor parte de las construcciones del valle, que se han ido agrupando siguiendo el trazado de la carretera que se construyó hacia la primera mitad del siglo XX. En cambio, la ladera de la derecha ha presentado más dificultades para el riego, así que, tradicionalmente, solo se ha podido aprovechar para plantar cereales de secano, como cebada o trigo.
Desde aquí, puedes contemplar la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, en el centro neurálgico de Hermigua. A su alrededor, y diseminados por todo el municipio, se cuentan decenas de caseríos como Iboalfaro o la Piedra Romana. En muchos de ellos, existen alojamientos de turismo rural, un servicio que hoy en día se ha convertido en un pilar de la economía del municipio.
LA ‘SELVA’ DE LA GOMERA
Desde aquí puedes ver parte del macizo central de La Gomera, que alberga el mejor monteverde del Archipiélago: el Parque Nacional de Garajonay. Este bosque está formado por una veintena de especies de árboles especialistas en captar la humedad de las nieblas.
www.miradoreslagomera.com
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