LAS HUELLAS DE LOS ANTIGUOS GOMEROS. PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
Te encuentras en un lugar elevado, desde el que se domina buena parte del sur de la isla. Hoy, esta espectacular atalaya es conocida como Montaña del Calvario, y alberga en su cima la ermita de San Isidro, que en el mes de mayo se convierte en lugar de peregrinación para los vecinos de Alajeró. Pero en el pasado se llamaba Tagaragunche, y constituyó uno de los principales santuarios de los antiguos gomeros. Este antiguo nombre, de hecho, pervive hasta nuestros días, como otros muchos elementos, tangibles e intangibles, que se integran en el patrimonio cultural gomero.
La sustitución de los símbolos religiosos de la cultura prehispánica por los cristianos no logró eliminar de la memoria y del territorio gomero la huella de sus antiguos habitantes. Multitud de yacimientos arqueológicos salpican la isla. Al igual que la Fortaleza de Chipude, el Alto de Garajonay o Teguerguenche, otros tres importantes lugares sagrados para la población aborigen, el lugar en el que te encuentras se eleva de forma destacada sobre los alrededores, cuenta con cuevas sepulcrales y manifestaciones rupestres, y albergó aras de sacrificio.
En las aras, que se han hallado por toda la isla, se quemaban cabras y ovejas para ofrendarlos a las divinidades, a cambio, obtener favores de ellas. Esta práctica, entre otras muchas, superó el colapso de la cultura aborigen, y pervivió con algunas variaciones hasta tiempos recientes.
UN LEGADO ETERNO
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