
En los primeros metros, la luz penetra con intensidad suficiente para que los vegetales puedan realizar la fotosíntesis pero, rápidamente, el agua va filtrando la luz de manera asombrosa; así los rayos infrarrojos y ultravioletas no penetran más allá de un metro. El rojo deja de ser perceptible a partir de los 5-10 metros de profundidad; a los 15 m, el naranja desaparece, a los 30 m lo hace el amarillo y, a los 50 m, el verde. A partir de esta profundidad, todo parece ser de color azul. Los animales aprovechan esta circunstancia para adoptar diferentes patrones de coloración. Es frecuente ver a animales de colores rojizos pasar casi desapercibidos a pocos metros de profundidad. Los organismos que habitan el océano y que están ligados de una u otra forma al fondo, son muchos y variados.
MAYO
En mayo los rayos de sol se asoman con más intensidad a la entrada de las cuevas, como queriendo percibir lo que se esconde tras la oscuridad. Las cuevas son pequeños mundos de la noche, que cobijan a criaturas poco amigas de la luz, reductos de una fauna insólita.
JUNIO
En junio, al caer la noche, el firmamento marino se llena de estrellas fugaces a la luz de nuestros focos. Extrañas criaturas vuelan en este espacio de ingravidez. Las mantas mariposas se reúnen en la costa atraídas por tanto maná y por invisibles feromonas, que anuncian la llegada del apareamiento.
Puedes ver más vídeos en Aquawork, la productora del cámara submarino Rafa Herrero Massieu
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