
El sitio ideal para desconectar
Lo que constituiría una imprudencia (dejarse golpear por el fiera marejada) se convierte en jocoso chapuzón (con permiso del socorrista), merced a las piscinas que acolchan el topetazo donde rompe la ola en la cota de pleamar, o a media marea si el Atlántico se enrabieta.El ingeniero Joaquín Soriano, responsable de la remodelación de las piscinas de Bajamar, utilizó pavimento de piedra volcánica sobre que se yerguen pérgolas y bancos orientados a distintos ángulos. Dos vasos grandes y otro infantil invitan a disfrutar piscinas de infinito.
Los servicios abundan: duchas de agua dulce, socorrista, Cruz Roja, vestuarios y bar. Como aparcar no es sencillo, es buena idea tomar la guagua (autobús) 105, que sale cada media hora de Santa Cruz de Tenerife con dirección a Punta del Hidalgo, pasando por La Laguna y Bajamar.
A 4 kilómetros, en Punta del Hidalgo, encontramos una piscina de 30 metros de diámetro, con la balaustrada metálica en que se apoyan muchos invernantes (la mayoría alemanes), creando, con marea alta, cierta sensación de irrealidad, viendo a los bañistas sentados en la superficie del Atlántico. Las puestas de sol son para coleccionar. Su restaurante La Caseta (922 15 66 32) está especializado en pescado y marisco.
Piscina natural en Punta del Hidalgo - Foto: Eliecer Lopez
Ver también: Piscinas naturales - Bajamar y Punta del Hidalgo
Créditos: Piscinas en el océano - El Viajero - El País Viajes